21
Jan '19

Restauración
21
Jan '19

Me he encontrado meditando acerca de *la voluntad de Dios*, refiriéndome a esto de una manera muy general.
Digamos que Dios proclama algo o se propone hacer algo, sea en la vida individual o en el mapa completo de la existencia de la humanidad, y en su forma más básica, podemos imaginar la voluntad de Dios como una línea recta, sin flexibilidad que tiene un punto de partida y un punto de cumplimiento, unidos por una linea recta é inflexible. la cual debe caminarse a la perfección, pues es un plan perfecto, ¿o no?
Ilustrándolo, sería así como:
A —————————–> Z
Alrededor de mis veinte años, razonaba esto así: Rígidamente. Me lo habían enseñado de esta manera. Y viéndolo de una manera tan dura, me imposibilitaba a creer que ese plan lo pudiese alcanzar jamás al haber tantas fallas en mí por causa de la presencia del pecado y mis tendencias a “regarla”.
Esto me torturaba mucho en los días de mi juventud. De modo que mi conclusión natural fue que Dios usa planes alternos para poder alcanzar Su voluntad perfecta. Inclusive, en Sus planes alternos, si esto implica excluirme de ellos, Él lo hará. Esto lo escuché muchas veces en enseñanzas.
Este raciocinio nos afecta en lo muy profundo. La meditación del corazón esta íntimamente conectada con nuestras acciones. Y como vemos a Dios, así nos volvemos y actuamos.
Algunos ejemplos de esta manera de pensar: ¿Nunca te ha pasado por la mente pensamientos como estos?:
“Dios usará a otra persona para hablarle a alguien de Cristo si yo no lo hago”
“¡Ojalá no me pase la persona perfecta que Dios tiene para mí!”
“¿Qué tal si ya se me paso el tiempo para la perfecta voluntad de Dios?”
Otro argumento muy popular, en aquel tiempo de mi juventud, era que: “Dios tiene un plan B para tu vida” y también: “Dios es un Dios de segundas oportunidades”. Lo cual trajo un poco de balance a esta perspectiva del plan de Dios, pero pero sigue siendo un argumento exclusivo, donde discrimina a alguien que no tiene perfección para alcanzar el perfecto plan de Dios. Otra vez… permanece Imposible si somos imperfectos.
Propongo un paradigma distinto:
¿Qué tal si este plan que Dios tiene, con su punto inicial y la meta al final, no tiene una linea perfecta y rígida, pero tal línea es extremadamente sinuosa y algunas veces parece que simplemente no tiene retorno?
Esto sería más veraz y congruente con la manera de la vida: Bellamente complicada, dinámica (cambiante) y a veces amorfa (que no tiene forma definida).
¿Qué tal si el plan de Dios está preparado para ser a prueba de errores y de la vida misma?
Por ejemplo, a Abraham le fueron dadas grandes promesas, incluyendo que todas las naciones recibirían bendición a través de él. Pero de una ú otra manera él termina encontrando la manera de echar a perder las cosas y desobedecer, dudar de Dios, mentir, y aceptar el dormir con una mujer que no es su esposa, para “ayudar al cumplimiento de la promesa de Dios”. Podemos juzgarlo, pero nosotros somos muy similares, lejos de ser perfectos en nuestras decisiones.
Sin embargo, Dios es fiel.
Y en Su fidelidad, no desecha a Abraham, pero lo sigue usando para llevar a cabo Su plan de bendición. De hecho, para seguir usándolo, El Creador tiene que usar la restauración, aun resolviendo los desastres que Abraham hace. Y si conoces la historia… en lugar de haber daños periféricos, Dios trae bendición periférica, (Ismael y su descendencia son bendecidos también al separarse de Abraham)
¿Qué paso con el plan perfecto? Sabemos que pudo ser mejor, pero quisiera proponerte que a pesar de las imperfecciones y malas decisiones de Abraham, Dios no se rindió y persiguió a Abraham…
El patrón se repite con los hijos de Abraham: Isaac y Jacob. Estos tienen vidas muy imperfectas, desordenadas, lejos de ser santas, y cometen muchos errores muy humanos. En el relato Biblico, hasta parece imposible que la promesa se cumpla, pues estos personajes llegan a un Jacque Mate varias veces y rompen su lado de la promesa de confiar y tener fe en Dios. Pero de algún modo, Dios termina cumpliendo Su lado de la promesa, los rescata y los retorna al plan original. Esto mis amados, es restauración.
Dios restaura. Por defecto este es Su corazón poor nosotros. Para mí, no hay plan B. Hay el plan de Dios y Él lo ha hecho alcanzable para mí. En Su gran amor, Su plan es inclusivo y es flexible a las variantes de la vida. No le toma por sorpresa mis fallas. Si no nos rendimos, ¡Dios no se rinde!
Entonces, ¿me portaré como quiera, al fin y al cabo Dios hará Su plan conmigo? No necesariamente,
Desafortunadamente, no obstante del amor obstinado de nuestro Dios hacia nosotros, hay los extremos…
En los tiempos de los Israelitas durante el tiempo de Moisés, en Egipto había un faraón que, pudo haber sido usado por Dios para poder cuidar ó liberar al pueblo de Israel, pues si uno se fija bien en la Biblia, Egipto siempre ha sido un lugar de refugio para el linaje de Abraham, el pueblo judío y aún para Jesús mismo. Pero el faraón escogió maltratar al pueblo y oponerse obstinadamente a Dios. Después de muchas oportunidades que Dios le da, por la terquedad del faraón, y sabiendo Dios que no va a cambiar nunca, nuestro Creador lo usa como pieza en el tablero de ajedrez para mostrar un contraste entre la vanidad del poder del hombre y mostrar la sabiduría y poder de Dios. Esto apuntando a los que quieren seguir a Dios (Israel) en donde uno tiene que tener su fe y confianza.
Y de todas maneras,, Israel llega a la libertad, lo cual es el punto final de el plan de Dios. ¿Habla necesidad de tanta terquedad y arruinar a Egipto? No. Pero el plan de Dios se cumplió, aun acomodándose a las variantes de la interacción humana.
Como una ironía en este ejemplo, en Romanos 9, Pablo relata como Israel mismo se vuelve como el faraón de Egipto y se endurecen al plan de Dios, constantemente. Israel había sido escogido como Nación Santa, Reyes y Sacerdotes para Dios y ellos como nación iban a ser, por decir, el refugio de las naciones, el instrumento de la bondad de Dios.
Pero de tal manera se obstinaron que igual que al faraón, Dios ahora los usa, con su mal ejemplo, como contraste para apuntar a los gentiles a cómo alcanzar la salvación por fe y por medio de Jesus.
Hoy, todos los creyentes en Cristo, judios y gentiles, somos un pueblo de Reyes y Sacerdotes, colaborando con Dios para la sanidad de las naciones. Todo de acuerdo con Su plan original, y aun mejor. Dios restaurante®o en Cristo el plan original y nos incluyó a todos.
Como podremos ver, no es usualmente una linea recta y religiosamente perfecta cuando hablamos del plan De Dios. A veces es curva é inclusive peligrosa, como una montaña rusa de subidas y bajadas, en diversas velocidades… todo hasta llegar a lo que Dios ha determinado para la bendición de sus amados y en Su gran amor.
Se que esto ha sido largo, y tal vez un tanto confuso… Es complicado… Pero si pudiera resumir en elemento prácticos lo que estoy tratando de decirte, quisiera dejar en tu corazón que el plan de Dios es inclusivo. El ha considerado las variantes de la vida. Quiere que confiemos en Él. Tener fe. Él inclusive puede usar restauración de una manera increíblemente sorprendente. De manera que podamos descansar que es fiel Quien promete cumplir su voluntad.
Hay patrones en la Biblia también en donde podemos darnos cuenta de que cuando Dios restaura algo, lo restaura dos o tres veces mejor de lo que estaba antes. Lo que a mí más me sorprende, es como Dios no tira la basura la materia original, pero usa la misma para poder darle otra forma. (Observa Jeremías capítulo 18 en sus primeros versos)
Esto muestra claramente cómo Dios es restaurador por naturaleza. Y el plan que Él tiene para nosotros, es a prueba de nuestros errores. Mientras no nos obstinemos a rechazarlo.
No creo que hay un plan a un plan B, hay la voluntad de Dios.
Y aún en los errores mas oscuros y las cosas mas tristes que podemos experimentar por nuestra propia terquedad, Dios aún puede tornar esto en bien. Aún las tragedias de la vida, Dios las puede tornar en una pieza más para poder cumplir su voluntad en nosotros. Así como el amargo extracto de vainilla puede ser un elemento perfecto para crear una galleta deliciosa al final del proceso.
Entonces, podemos ver con alegría el verso que menciona en Jeremías 29:11:
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros” —declara el Señor— “planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.”
El conocer el corazón de nuestro Papá es algo tan hermoso y pleno. Meditar en el corazón de nuestro Padre es algo muy bueno que podemos hacer en este tiempo de consagración.
Bendiciones y que Dios te revele Su corazón… ¡siempre!
Con amor.
-Job